La esclerosis de várices es una interesante novedad para el tratamiento mínimamente invasivo de várices gruesas, que antes sólo podían tratarse quirúrgicamente.
La técnica se realiza en consultorio. Se canaliza la várice con una pequeña aguja de insulina y se inyecta espuma de polidocanol, que es un sustancia esclerosante que penetra y cierra la várice, todo ello sin dolor. Posteriormente se aplica un vendaje elástico durante 3-4 días a lo largo de todo el trayecto venoso tratado, contribuyendo a un sellado rápido y seguro de la vena varicosa, lo que se consigue solamente aplicando el esclerosante y la elastocompresión. Esta técnica permite el sellado y cierre de várices de grueso calibre sin cirugía y no requiere de la hospitalización del paciente, pudiéndose incorporar éste, de forma inmediata a su vida normal. La indicación de esta técnica implica una consulta previa con el especialista para evaluar la situación del paciente y establecer la idoneidad de la técnica, en su caso.